Los signos de una enfermedad mental no siempre son obvios. Los cambios sutiles en el estado de ánimo o el comportamiento a menudo se atribuyen al envejecimiento, al igual que los músculos más débiles y el pensamiento confuso.

Pero la depresión (tristeza extrema, o desesperanza) y la ansiedad (preocupación y agitación debilitantes) no tienen por qué ser parte rutinarias del envejecimiento. Obtener ayuda para estos sentimientos puede ayudarlo a mantener su salud y disfrutar la vida al máximo.

A veces, reconocer la depresión y la ansiedad requiere una pequeña reflexión honesta sobre sus comportamientos, sentimientos y hábitos. A continuación un par de señales:

Apatía:
Perder interés en las actividades que solían traer alegría, cuando la vida ha perdido tanto sentido que te sientes vacío. Esos son signos clásicos de depresión.

Desesperanza:
Cuando sientes que hay poco para hacer para mejorar tu vida. La impotencia y la desesperanza también son signos de la depresión.

Cambios de hábitos:
Dormir o comer demasiado o muy poco puede ser un foco rojo. También el beber más alcohol de lo habitual o tener comportamientos riesgosos.

Fatiga persistente:
Es normal estar cansado al final del día. Pero si está cansado todo el tiempo, podría deberse a depresión o ansiedad. O puede estar relacionado con una afección médica subyacente, como una tiroides hipoactiva o insuficiencia cardíaca.

Dificultad para concentrarse o tomar decisiones:
Las personas que están deprimidas y ansiosas tienen dificultades para tomar decisiones porque les preocupa que cualquier cosa que hagan estará mal.

Cambios de humor:
Si te irritas fácilmente o si experimentas cambios de humor frecuentes, podría deberse a un cuadro de depresión o ansiedad.

Querer estar solo:
Si disfrutas de la soledad porque te gusta el tiempo para leer o meditar, está bien. Pero eso es diferente de quedarse en casa porque se necesita demasiada energía para interactuar con los demás.

¿Qué hacer si se presentan uno o varios signos?

El hecho de que experimentes uno de estos síntomas no significa que te diagnosticaron un trastorno de ansiedad o depresión, pero si estás demasiado atrapado en un sentimiento u otro, tienes menos placer en la vida o problemas para hacer tus actividades, se recomienda usar ayuda profesional. Comunicarse con familiares y amigos puede ser una buena manera de comenzar el proceso.

Tratamiento:
La ayuda para la depresión y la ansiedad puede presentarse en una variedad de formas, como el tratamiento de afecciones subyacentes que pueden estar causando depresión, tomar medicamentos antidepresivos o participar en terapia de conversación. También hay muchos enfoques sin píldoras que pueden ayudar. El ejercicio es importante. Otra estrategia es mantenerse conectado socialmente. Las conexiones sociales están asociadas con un estrés reducido, una función mejorada del sistema inmunológico y una vida más larga. Las personas con más conexiones sociales también tienen niveles más bajos de ansiedad y depresión, mayor autoestima y una mejor sensación general de bienestar.

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